jueves, 4 de febrero de 2016

Hay cosas peores en a vida, MUCHO peores, y, sin embargo, eso no hace que me duela menos. El dolor sigue ahí, como si fuera lo más terrible que podría haber pasado hoy en la tierra.
Pasan los años y me pregunto porqué soy tan exagerada, y la verdad es que no hay respuesta, simplemente soy así. Una vez leí en uno de los tantos libros que el que el dolor merece ser sentido, y hoy lo siento más que nunca. Esto ya estaba anunciado, ya sabíamos que iba a pasar desde hace bastante tiempo, incluso lo supe hoy antes de que pasara, pero una cosa es saberlo y otra cosa es que pase. Saber que lo que te quita de mi vida es la vejez me deja tranquila, no sufriste, simplemente se terminó tu tiempo acá.
"Es un milagro que siga viva, es por todo el amor que tubo en su vida" dijeron, y era verdad, amor nunca te falto y nunca te hubiera faltado. Ese lugar en mi corazón, el lugar al que pertenecías, va a seguir siendo tuyo siempre, porque no hay nada en todo el universo que te pueda remplazar, porque vos en mi vida ocupabas un lugar importantísimo. Ese amor que siempre te dí lo vas a seguir teniendo, porque nunca se va a ir y siempre te voy a mandar esas vibras donde sea que estés.
Escribir me hace bien, me calma, y en este momento turbulento necesito calma. Parece una locura, porque si bien hace años que sabíamos que ya se acercaba tu hora, siempre pensamos que se podía posponer un poco más, porque eras vos y tenías que seguir en nuestras vidas.
Me resulta extraño pensar en cómo va a ser mi vida sin vos, porque no conozco mi vida sin vos. Hoy me fui y te despedí y en el fondo de mi corazón supe que era la última vez que te iba a ver, no quise creerlo, pero efectivamente el corazón no se equivoca.
Estoy segurísima que tuviste una vida plena, llena de lo que todo un perro puede querer, amor, comida, libertad y más amor, y yo tuve de vos todo o que podía esperar, me acompañaste desde los dos años, me llenaste de amor, cada vez que estaba triste estabas ahí para mi, fuiste, literalmente, más buena que Lassie. Ningún perro te hubiera superado, quien me hubiera dejado robarle la comida del plato sin morderme, o montarte como si fueras un caballito y pasearme por toda la casa, o dejar que te bese tanto aunque no te gustara, o esperar en la puerta hasta que te diga que podías pasar. No hubiera podido pedir una perra mejor que vos, y, aunque hubiera podido, no lo habría hecho.
Te prometo que nos vamos a volver a encontrar, en esta vida o en otra.

1 comentario:

  1. Hermoso lo que escribiste, Veri. Te mando muchos besos y fuerza! Te quiero tantísimo como, estoy segura, de que Pachita lo hacía también.

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