sábado, 23 de junio de 2018

¿Utilizar o no el lenguaje inclusivo?

Todos estamos de acuerdo en que existe algo que se llama economía del lenguaje (tratar de decir lo máximo posible con la cantidad mínima de palabras) y por lo tanto decir "chicos y chicas" se puede tornar tedioso a la larga, también que el masculino en el español engloba al femenino cuando decimos "Hola chicos" y entonces palabras como "presidenta" no podrían existir, pero también es cierto que la lengua evoluciona, no es estática. Ya de Saussure nos hablaba de SINCRONÍA (el estudio de la lengua desde un punto de vista estático, realizando un corte temporal y determinando cuáles son las pautas que en ese momento estructuran la lengua) y DIACRONÍA (el estudio de la evolución de esta en el tiempo, centrandose en investigar de qué forma se modifican los signos de las palabras, aparecen nuevos y otros se vuelven arcaicos) en su curso de lingüística general en 1916. Pensar que una lengua debe permanecer estática es ridículo, no solo porque las personas hablantes de estas comunidades lingüísticas evolucionan y NO SON ESTÁTICAS, sino porque la evolucion de la lengua es lo que hace que hoy hablemos español y no latín vulgar, por ejemplo.


Es importante, además de entender la diferencia entre sincronía y diacronía, entender que la lengua evoluciona querramos o no, que los sustantivos que se flaxionan en género son aquellos animados, como perro/a, chico/a, profesor/a, pero cómo dijimos antes existe la economía del lenguaje, entonces ¿Como podemos mantener la economía del lenguaje sin que la visión patriarcal del mundo nos controle, incluso, desde el idioma? Acá nace el lenguaje inclusivo, como todo en la vida, no existen blancos o negro, y no todo es femenino y masculino. Hay palabras cuyo género es inherente como mesa, pero es cierto que aquellos sustantivos cuyos géneros no son inherentes deben evolucionar con la lengua y la sociedad en la que existen. Entendiendo que nuestra sociedad actual ya no sólo se divide en mujeres o varones, sería inútil seguir ejerciendo esa diferencia tan marcada desde el lenguaje.

Morfológicamente hablando, el lenguaje inclusivo estaría proponiendo una variación en los sufijos léxicos, quienes se encargan de la información gramátical, pero sólo en aquellas palabras cuyos géneros no son son inherentes; es decir, que el lenguaje inclusivo no va a comenzar a cambiar todas las "o" y "a" de cada palabra por la "e". ¿porqué digo "e" y no "x"? En este momento, desde la comunidad lingüística, estamos creando las reglas para la existencia de este lenguaje inclusivo por lo que no existe todavía una regla clara sobre si "e" o "x" y se trata de una convención, que como sociedad nos declinemos sobre una u otra opción; de la misma forma, mientras algunos comentan se preguntan por qué la "e" y no la "i", respondemos lo mismo, se trata, como la lengua misma, de una convención social.

Entonces, si la lengua es una convención social ¿Porqué estamos tan empecinados en cambiarla? Porque esta convención social sólo favorece a la idea de patriarcado, a la idea de que el hombre se hace cargo de la mujer (porque el masculino en plural engloba al femenino), es elegir una mirada sobre otra, es seguir reproduciendo una idea de mundo que ya no nos pertenece como sociedad. Es seguir acallando al rol de la mujerer, es seguir poniendola por debajo de la masculinidad, es seguir dividiendo y prestableciendo lo que es "femenino" de lo masculino.

Cuando hablamos del lenguaje inclusivo, entonces, no degeneramos una lengua, la usamos a nuestro beneficio; cuando como sociedad luchamos por la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, esa lucha se tiene que ver reflejada, y nosotros la reflejamos en la lengua, que es con lo que nos comunicamos. Hablar de lenguaje inclusivo es entender esta lucha.