jueves, 19 de mayo de 2016

Literatura Infantil

Cuando hablamos de infantil, por lo general, hablamos de aquello que es inmaduro, simple, dependiente, falto de lógica y de reflexión, mientras que cuando hablamos de literatura nos referimos al arte de la expresión escrita o hablada. Sería fácil llegar a la conclusión de que la literatura infantil es literatura fácil, simple que tiene falta de reflexión y todo lo demás mencionado antes, pero la verdad es que, con el paso del tiempo (y las obras publicadas), podemos llegar a entender que la literatura infantil no es otra cosa más que la literatura dirigida a los niños, pero esto no hace que su calidad sea menor a cualquier otra obra literaria, sino no existirían clásicos de la LIJ* que fueron pensados para otro público. La literatura infantil es el arte que recrea sus historias a partir de contenidos humanos profundos y esenciales, como son las emociones, los afectos, las capacidades, los talentos, las percepciones, los sentimientos, la memoria, la fantasía y la exploración de nuevos mundos por conocer.

*LIJ: Literatura Infantil y Juvenil

martes, 17 de mayo de 2016

Fijate bien

Si te vas a tomar un bondi, fijate bien si te conviene, no vaya a ser que te lo tomes por sólo cinco cuadras. Sólo digo.

miércoles, 4 de mayo de 2016

Negro. Todo estaba negro. 
La oscuridad era parte de la tortura, del castigo que le habían concedido cortésmente. Ni un ápice de luz había visto en los últimos años, ni un mísero rayo de luz había cruzado por sus pupilas. No veía nada, porque no hay ojo que se pueda acostumbrar a la oscuridad total, siendo rehén varios metros debajo de suelo, sin ni una ventana, ni una milla, nada para sentirse con vida, tan sólo su recuerdo. 
Negro. Todo estaba negro.
Allí abajo se perdía la noción del tiempo, no saber si ha pasado un minuto, una hora o un día, no tener manera de comprobar el paso del tiempo, de comprobar cuánto falta para que te suelten, también era parte de la tortura. 
Negro. Todo estaba negro.
El silencio inundaba todo, hace años que no escuchaba sonido alguno, ni siquiera un sonidito, nada. En su juventud solía pensar en los oxímoros y su contradicción, pero hoy no encontraba una expresión tan exacta, abrumadora, como la de “silencio ensordecedor”.
Negro. Todo estaba negro.