martes, 21 de julio de 2015

Romeo y Julieta

Corría el 18 de noviembre de 1596 cuando Romeo y Julieta se dieron por enterados de su inminente boda. Sus familias se adoraban y sus padres, mejores amigos de toda la vida, habían decidido esta unión para, por fin, convertirse en familia. Se olvidaron de un pequeño detalle: Romeo y Julieta se odiaban a muerte desde el minuto en el que se habían conocido.
—Padre, os ruego que me comprendáis y canceléis el compromiso, haré cualquier cosa con tal de no casarme con el granuja de Romeo. —Rogó Julieta a su padre.
—Lo lamento hija, pero el trato se ha sellado y así se llevará a cabo. —Respondió su padre.
—Padre, os ruego que quitéis la desdicha de mis hombros y canceléis el compromiso con la vil Julieta. —Profesó Romeo, mientras tanto, a su padre.
—Lo lamento hijo, pero el trato se ha sellado y así se llevará a cabo. —Respondió su padre.
Ambos padres, al notar el descontento de sus hijos y la negación de llevar a cabo la boda, idearon un plan: harían que un cura amigo casara a los jóvenes sin que estén presentes. El plan se llevó a cabo tres lunas después del anuncio y los adolescentes, en el mismísimo momento en el que se enteraron que estaban casados, enloquecieron.

domingo, 19 de julio de 2015

Supercordura
La vida no debería ser un viaje hacia la tumba con la intención de llegar a salvo con un cuerpo bonito y bien conservado, sino más bien llegar derrapando de lado, entre una nube de humo, completamente desgastado y destrozado, y proclamar en voz alta: ¡Uf! ¡Vaya viajecito!
-Hunter S. Thompson 

sábado, 18 de julio de 2015

El Conde Lucanor del Infante Don Juan Manuel: Análisis
Nos proponemos, como trabajo final de la materia “Literatura Española I” analizar una obra de las trabajadas en clase, en mi caso El Conde Lucanor. Para ello vamos a ordenar este trabajo en varios ítems: contexto histórico y social, el autor y su obra, estructura interna de un exeplo y opinión personal.
Contexto histórico y social:
En Europa, siglo XIV, nos encontramos en una época con marcadas crisis. Por un lado están en un periodo de guerras, brutales y destructivas, que tienen por objetivo la exaltación de la identidad nacional, como por ejemplo la guerra de los cien años; estos conflictos bélicos generan crisis económicas, por lo que la sociedad empieza a descontentarse. Por otra parte la peste avanza en todo el continente europeo, la población disminuye y los campesinos se ven favorecidos por las nuevas oportunidades de mejoramiento material; esto provoca que los Señores intenten proteger sus privilegios y, a causa de esto, se generan levantamientos sociales. A su vez la iglesia se empieza a alejar de los intereses espirituales populares, lo que da lugar a los primeros reformistas.
En castilla observamos un estancamiento económico y un esplendor cultural. Se enfrenta una crisis social a causa de, por un lado, la sucesión del rey, y, por el otro, la pérdida del poder feudal y el aumento del protagonismo burgués.

miércoles, 15 de julio de 2015

Definitivamente Glee tendría que haber terminado en la tercer temporada.
Esto de que alargen las series innecesariamente me pone mal.

martes, 7 de julio de 2015

Los Amorosos

Los amorosos callan. 
El amor es el silencio más fino, 
el más tembloroso, el más insoportable. 
Los amorosos buscan, 
los amorosos son los que abandonan, 
son los que cambian, los que olvidan. 

Su corazón les dice que nunca han de encontrar, 
no encuentran, buscan. 
Los amorosos andan como locos 
porque están solos, solos, solos, 
entregándose, dándose a cada rato, 
llorando porque no salvan al amor. 

Les preocupa el amor. Los amorosos 
viven al día, no pueden hacer más, no saben. 
Siempre se están yendo, 
siempre, hacia alguna parte. 
Esperan, 
no esperan nada, pero esperan. 

Saben que nunca han de encontrar. 
El amor es la prórroga perpetua, 
siempre el paso siguiente, el otro, el otro. 
Los amorosos son los insaciables, 
los que siempre -¡que bueno!- han de estar solos. 
Los amorosos son la hidra del cuento. 

Tienen serpientes en lugar de brazos. 
Las venas del cuello se les hinchan 
también como serpientes para asfixiarlos. 
Los amorosos no pueden dormir 
porque si se duermen se los comen los gusanos. 
En la oscuridad abren los ojos 
y les cae en ellos el espanto. 
Encuentran alacranes bajo la sábana 
y su cama flota como sobre un lago. 

Los amorosos son locos, sólo locos, 
sin Dios y sin diablo. 
Los amorosos salen de sus cuevas 
temblorosos, hambrientos, 
a cazar fantasmas. 
Se ríen de las gentes que lo saben todo, 
de las que aman a perpetuidad, verídicamente, 
de las que creen en el amor 
como una lámpara de inagotable aceite. 

Los amorosos juegan a coger el agua, 
a tatuar el humo, a no irse. 
Juegan el largo, el triste juego del amor. 
Nadie ha de resignarse. 
Dicen que nadie ha de resignarse. 
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación. 
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla, 
la muerte les fermenta detrás de los ojos, 
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada 
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente. 

Les llega a veces un olor a tierra recién nacida, 
a mujeres que duermen con la mano en el sexo, 
complacidas, 
a arroyos de agua tierna y a cocinas. 
Los amorosos se ponen a cantar entre labios 
una canción no aprendida, 
y se van llorando, llorando, 
la hermosa vida.

- Jaime Sabines

jueves, 2 de julio de 2015

Metáfora de las Mil y Una Noches

La primera metáfora es el río. 
Las grandes aguas. El cristal viviente 
Que guarda esas queridas maravillas 
Que fueron del Islam y que son tuyas 
Y mías hoy. El todopoderoso 
Talismán que también es un esclavo; 
El genio confinado en la vasija 
De cobre por el sello salomónico; 
El juramento de aquel rey que entrega 
Su reina de una noche a la justicia 
De la espada, la luna, que está sola; 
Las manos que se lavan con ceniza; 
Los viajes de Simbad, ese Odiseo 
Urgido por la sed de su aventura, 
No castigado por un dios; la lámpara; 
Los símbolos que anuncian a Rodrigo 
La conquista de España por los árabes; 
El simio que revela que es un hombre, 
Jugando al ajedrez; el rey leproso; 
Las altas caravanas; la montaña 
De piedra imán que hace estallar la nave; 
El jeque y la gacela; un orbe fluido 
De formas que varían como nubes, 
Sujetas al arbitrio del Destino 
O del Azar, que son la misma cosa: 
El mendigo que puede ser un ángel 
Y la caverna que se llama Sésamo. 
La segunda metáfora es la trama 
De un tapiz, que propone a la mirada 
Un caos de colores y de líneas 
Irresponsables, un azar y un vértigo, 
Pero un orden secreto lo gobierna. 
Como aquel otro sueño, el Universo, 
El Libro de las Noches está hecho 
De cifras tutelares y de hábitos: 
Los siete hermanos y los siete viajes, 
Los tres cadíes y los tres deseos 
De quien miró la Noche de las Noches, 
La negra cabellera enamorada 
En que el amante ve tres noches juntas, 
Los tres visires y los tres castigos, 
Y encima de las otras la primera 
Y última cifra del Señor; el Uno. 
La tercera metáfora es un sueño 
Agarenos y persas lo soñaron 
En los portales del velado Oriente 
O en vergeles que ahora son del polvo 
Y seguirán soñándolo los hombres 
Hasta el último fin de su jornada. 
Como en la paradoja del eleata, 
El sueño se disgrega en otro sueño 
Y ése en otro y en otros, que entretejen 
Ociosos un ocioso laberinto. 
En el libro está el Libro. Sin saberlo, 
La reina cuenta al rey la ya olvidada 
Historia de los dos. Arrebatados 
Por el tumulto de anteriores magias, 
No saben quiénes son. Siguen soñando. 
La cuarta es la metáfora de un mapa 
De esa región indefinida, el Tiempo, 
De cuanto miden las graduales sombras 
Y el perpetuo desgaste de los mármoles 
Y los pasos de las generaciones. 
Todo. La voz y el eco, lo que miran 
Las dos opuestas caras del Bifronte, 
Mundos de plata y mundos de oro rojo 
Y la larga vigilia de los astros. 
Dicen los árabes que nadie puede 
Leer hasta el fin el Libro de las Noches. 
Las Noches son el Tiempo, el que no duerme. 
Sigue leyendo mientras muere el día 
Y Shahrazad te contará tu historia.

- Jorge Luis Borges