lunes, 21 de julio de 2014

El planeta Júpiter

El planeta Júpiter se alzaba con todo su esplendor, su magnificencia era tal que nuestro propósito podría tacharse de cruel. ¿Nuestro objetivo? Hacer implosionar al planeta y, de esta forma, extraer el carbono convertido en diamante. ¿El problema? En el mismísimo instante en el que el planeta implosione nuestra nave, Shoemaker-Levy 9, será arrastrada hasta el núcleo del planeta y será destruida del mismo modo en el que destruimos a Saturno. 
Sin dudas una misión suicida, pero vital para el planeta Tierra. Hace ya siete siglos que los Skarmistes (extraterrestres provenientes de la galaxia de Andrómeda) sometieron a los humanos, y, puesto que su única fuente de energía son los diamantes, debemos terminar la misión para mantener vivos a los humanos. ¿Es más importante la vida de 6 tripulantes que la de los 34 millones de personas que habitan la tierra? No. ¿Qué si estoy preparada para morir? No. ¿Qué si voy a sabotear la misión para salvarme? No. ¿Alguien me recordará? No. Te estarás preguntando entonces qué es lo que voy a hacer, fácil: Voy a morir.

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